Parto Domiciliar

Um relato de Parto na primeira pessoa, dirigido ao seu Filho. O melhor presente de todos, a VIDA.

 

Miércoles 3 de Febrero de 2021, Matosinhos, Portugal
” Mi niño mágico hoy cumple una semana en la Tierra y ya lo amo con todo mi corazón. Amo
tenerlo en mi pecho y que se quede dormido, amo su olor y amo cada partecita de su cuerpo.
Cada día es una nueva aventura, entrenando la paciencia y apertura a lo desconocido.
Quiero dejar registrado y compartir cómo viví el parto y la llegada de Merlin al mundo.
Empecé con contracciones el Martes 26 de Enero por la mañana, esas que se llaman de
entrenamiento o pródromos. Cabe destacar que con el papá estábamos recuperándonos de
Covid19, por suerte Merlin nos espero y decidió llegar cuando ya teníamos las fuerzas
necesarias para recibirlo (llegó en su semana 41 de gestación).
Esa mañana las contracciones se aguantaban, no eran fuertes y eran cada 10 minutos o más,
el papá avisó en el trabajo que habíamos empezado el trabajo de parto y yo me dediqué a
darme duchas calientes y descansar.
Al mediodía vino nuestra Doula a visitarnos, repasamos un poco todo lo que fuimos
aprendiendo con ella durante todos nuestros encuentros y nos abrazamos mucho, se sentía
una energía especial en el aire, como si ya estuviésemos todos en sintonía para el momento,
listos para recibir a Merlin. Ella nos comentó que estas contracciones podían durar horas, parar
y estar varios días sin contracciones, asi que solo quedaba esperar y entregarse a lo que
suceda.
Esa tarde salimos a caminar al parque, el día estaba lluvioso y frío, pero para mi fue muy
especial, sentía nervios, ansiedad, miedo, incertidumbre, y a la vez mucho amor y felicidad.
Caminamos un rato (cuando venía una contracción, parabamos, respiraba y seguíamos) y
fuimos a buscar flores para recibir a nuestro niño.
Ya de vuelta en casa, terminamos de ultimar detalles y ordenar todo para cuando él decidiera
llegar, que podía ser en unas horas o días… Mientras tanto seguíamos controlando las
contracciones con una aplicación.
Llegó la noche, cenamos y nos fuimos a acostar para descansar… Pero las contracciones
empezaron a ser cada vez más fuertes y seguidas, salí de la cama, fuí a llenar la bañera y me
metí, ellas avanzaban, eran como olas y una vez que subían ya se pasaba el dolor.
Desperté al papá porque ya necesitaba de su presencia, y me armo un soporte en la bañadera
para poder estar en cuatro apoyos y eso me alivió mucho. Así estuve como tres horas en el
agua caliente con el amor del papá afuera y la energía del bebé adentro.
A las 2AM decidimos llamar a todo el equipo porque el trabajo de parto no tenía vuelta atrás, ya
avanzaba, y rápido (contracciones cada 2/3 minutos y dolían mucho).
No recuerdo en qué momento salí del baño y me pasé al sillón, pero así continuó todo,
abrazada a una almohada que me daba mucho confort, ya empezaba a hacer sonidos y
vocalizar cuando venían las olas. Llegó la Doula y sentí como sus manos dulces me acariciaban la espalda, me inundó un sentimiento de apoyo y amor instantáneo, había llegado
el momento para el que tanto nos preparamos. Ya todo era mas real, Merlin estaba en camino.
Las enfermeras mientras tanto estaban preparando todo y se acercaron a controlar los latidos
del bebe, estaba todo bien, sentí alivio.
Me pasaba que no sabía cómo iba a seguir todo, pero confiaba en nosotros (yo y mi bebe).
La pileta de parto estaba lista, me preguntaron si quería entrar y no llegue ni a responder, me
paré y me metí. Sentí un calorcito hermoso y una libertad inexplicable, como estar en el océano
y flotando en el espacio al mismo tiempo. Papá estaba afuera del agua agarrándome fuerte en
cada contracción, sentía su calor y energía ayudándome a traer a Merlin con nosotros del otro
lado de la piel. Suena romántico, lo fué, pero a la vez el dolor se hacia mas intenso y yo sentía
que no avanzaba, no sentía que el bebé estuviera llegando (en mi imaginación pensaba que lo
iba a ir sintiendo bajar), pero él tenía sus planes y estaba viajando despacio, acomodándose a
su tiempo.
Lloré, lloré bastante, sentía que no iba a conseguirlo. No estaba cansada, me pasó que
esperaba sentir otra cosa en el cuerpo, pero era todo nuevo, tenía que entregarme.
Todos me decían que estaba haciendo un buen trabajo y papá abrazándome con fuerza
siempre. Yo abrazaba la panza y le hablaba (para adentro) intentando escuchar a Merli o sentir
alguna señal , estaba ansiosa por que llegue (y termine el dolor), pero no conocía el camino.
El living de casa era todo silencio y emoción, nunca me sentí tan acompañada y a la vez tan
íntima con papá, el equipo estaba ahí para nosotros, pero Merlin y yo teníamos que hacer el
trabajo. Entre tanto llanto y angustia de pensar que no iba a poder, desperté y entendí que yo
tenía que ayudarlo. Dejé de llorar y saqué la leona de adentro, grité fuerte, pero el sonido no
salía de la garganta, salía del útero. Era el cuerpo gritando para abrirse y darle paso a la vida.
En ese momento papá ya entró al agua con nosotros, sentirle la piel fue hermoso, su calor me
hizo volver a casa, con él ahí sabía que iba a poder.
El dolor se transformó en ardor, grite más fuerte, me dicen que ya está saliendo la cabeza y
recuerdo no querer parar de hacer fuerza a pesar del dolor intenso, tenía miedo de que se vaya
para adentro el bebé. Escucho la voz de papá quebrarse y yo solo puedo pensar en seguir
haciendo fuerza.
Merlin llegó el 27 de Enero de 2021 a las 6.47AM con el sonido de los pájaros y la oscuridad de
la noche dando paso al día para que salga el sol. Papá lo agarró, lo puso en mi pecho y nos
abrazamos los tres por primera vez. No podía creer lo suave que era su piel, olía a cielo.
Lloró un poco al salir y yo le dije, está bien, tranquilo, mamá también lloró, lo abracé fuerte.
Salimos del agua, me fui al sillón (¡ya sin panza!) para que las enfermeras me revisen y papá
tenía a Merlin en sus brazos, feliz . Yo me sentía tan plena, nunca me había sentido así, verlos
a los dos abrazados y yo descansando fue mágico. Papá cortó el cordón y lo trajo otra vez
conmigo, tomó teta y fui más feliz.
9AM el equipo junta todo y se va de casa, lo despedimos con mucho amor y agradecimiento
infinito.
Ahí estábamos los tres en casa, todo había terminado y comenzado a la vez.
Bienvenido Merlin, mamá. “

 

Lindo…..

Fotografia de parto

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    Miércoles 3 de Febrero de 2021, Matosinhos, Portugal
    ” Mi niño mágico hoy cumple una semana en la Tierra y ya lo amo con todo mi corazón. Amo
    tenerlo en mi pecho y que se quede dormido, amo su olor y amo cada partecita de su cuerpo.
    Cada día es una nueva aventura, entrenando la paciencia y apertura a lo desconocido.
    Quiero dejar registrado y compartir cómo viví el parto y la llegada de Merlin al mundo.
    Empecé con contracciones el Martes 26 de Enero por la mañana, esas que se llaman de
    entrenamiento o pródromos. Cabe destacar que con el papá estábamos recuperándonos de
    Covid19, por suerte Merlin nos espero y decidió llegar cuando ya teníamos las fuerzas
    necesarias para recibirlo (llegó en su semana 41 de gestación).
    Esa mañana las contracciones se aguantaban, no eran fuertes y eran cada 10 minutos o más,
    el papá avisó en el trabajo que habíamos empezado el trabajo de parto y yo me dediqué a
    darme duchas calientes y descansar.
    Al mediodía vino nuestra Doula a visitarnos, repasamos un poco todo lo que fuimos
    aprendiendo con ella durante todos nuestros encuentros y nos abrazamos mucho, se sentía
    una energía especial en el aire, como si ya estuviésemos todos en sintonía para el momento,
    listos para recibir a Merlin. Ella nos comentó que estas contracciones podían durar horas, parar
    y estar varios días sin contracciones, asi que solo quedaba esperar y entregarse a lo que
    suceda.
    Esa tarde salimos a caminar al parque, el día estaba lluvioso y frío, pero para mi fue muy
    especial, sentía nervios, ansiedad, miedo, incertidumbre, y a la vez mucho amor y felicidad.
    Caminamos un rato (cuando venía una contracción, parabamos, respiraba y seguíamos) y
    fuimos a buscar flores para recibir a nuestro niño.
    Ya de vuelta en casa, terminamos de ultimar detalles y ordenar todo para cuando él decidiera
    llegar, que podía ser en unas horas o días… Mientras tanto seguíamos controlando las
    contracciones con una aplicación.
    Llegó la noche, cenamos y nos fuimos a acostar para descansar… Pero las contracciones
    empezaron a ser cada vez más fuertes y seguidas, salí de la cama, fuí a llenar la bañera y me
    metí, ellas avanzaban, eran como olas y una vez que subían ya se pasaba el dolor.
    Desperté al papá porque ya necesitaba de su presencia, y me armo un soporte en la bañadera
    para poder estar en cuatro apoyos y eso me alivió mucho. Así estuve como tres horas en el
    agua caliente con el amor del papá afuera y la energía del bebé adentro.
    A las 2AM decidimos llamar a todo el equipo porque el trabajo de parto no tenía vuelta atrás, ya
    avanzaba, y rápido (contracciones cada 2/3 minutos y dolían mucho).
    No recuerdo en qué momento salí del baño y me pasé al sillón, pero así continuó todo,
    abrazada a una almohada que me daba mucho confort, ya empezaba a hacer sonidos y
    vocalizar cuando venían las olas. Llegó la Doula y sentí como sus manos dulces me acariciaban la espalda, me inundó un sentimiento de apoyo y amor instantáneo, había llegado
    el momento para el que tanto nos preparamos. Ya todo era mas real, Merlin estaba en camino.
    Las enfermeras mientras tanto estaban preparando todo y se acercaron a controlar los latidos
    del bebe, estaba todo bien, sentí alivio.
    Me pasaba que no sabía cómo iba a seguir todo, pero confiaba en nosotros (yo y mi bebe).
    La pileta de parto estaba lista, me preguntaron si quería entrar y no llegue ni a responder, me
    paré y me metí. Sentí un calorcito hermoso y una libertad inexplicable, como estar en el océano
    y flotando en el espacio al mismo tiempo. Papá estaba afuera del agua agarrándome fuerte en
    cada contracción, sentía su calor y energía ayudándome a traer a Merlin con nosotros del otro
    lado de la piel. Suena romántico, lo fué, pero a la vez el dolor se hacia mas intenso y yo sentía
    que no avanzaba, no sentía que el bebé estuviera llegando (en mi imaginación pensaba que lo
    iba a ir sintiendo bajar), pero él tenía sus planes y estaba viajando despacio, acomodándose a
    su tiempo.
    Lloré, lloré bastante, sentía que no iba a conseguirlo. No estaba cansada, me pasó que
    esperaba sentir otra cosa en el cuerpo, pero era todo nuevo, tenía que entregarme.
    Todos me decían que estaba haciendo un buen trabajo y papá abrazándome con fuerza
    siempre. Yo abrazaba la panza y le hablaba (para adentro) intentando escuchar a Merli o sentir
    alguna señal , estaba ansiosa por que llegue (y termine el dolor), pero no conocía el camino.
    El living de casa era todo silencio y emoción, nunca me sentí tan acompañada y a la vez tan
    íntima con papá, el equipo estaba ahí para nosotros, pero Merlin y yo teníamos que hacer el
    trabajo. Entre tanto llanto y angustia de pensar que no iba a poder, desperté y entendí que yo
    tenía que ayudarlo. Dejé de llorar y saqué la leona de adentro, grité fuerte, pero el sonido no
    salía de la garganta, salía del útero. Era el cuerpo gritando para abrirse y darle paso a la vida.
    En ese momento papá ya entró al agua con nosotros, sentirle la piel fue hermoso, su calor me
    hizo volver a casa, con él ahí sabía que iba a poder.
    El dolor se transformó en ardor, grite más fuerte, me dicen que ya está saliendo la cabeza y
    recuerdo no querer parar de hacer fuerza a pesar del dolor intenso, tenía miedo de que se vaya
    para adentro el bebé. Escucho la voz de papá quebrarse y yo solo puedo pensar en seguir
    haciendo fuerza.
    Merlin llegó el 27 de Enero de 2021 a las 6.47AM con el sonido de los pájaros y la oscuridad de
    la noche dando paso al día para que salga el sol. Papá lo agarró, lo puso en mi pecho y nos
    abrazamos los tres por primera vez. No podía creer lo suave que era su piel, olía a cielo.
    Lloró un poco al salir y yo le dije, está bien, tranquilo, mamá también lloró, lo abracé fuerte.
    Salimos del agua, me fui al sillón (¡ya sin panza!) para que las enfermeras me revisen y papá
    tenía a Merlin en sus brazos, feliz . Yo me sentía tan plena, nunca me había sentido así, verlos
    a los dos abrazados y yo descansando fue mágico. Papá cortó el cordón y lo trajo otra vez
    conmigo, tomó teta y fui más feliz.
    9AM el equipo junta todo y se va de casa, lo despedimos con mucho amor y agradecimiento
    infinito.
    Ahí estábamos los tres en casa, todo había terminado y comenzado a la vez.
    Bienvenido Merlin, mamá. “

     

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